
En Tella se llama Lo Silbán a la cornisa rocosa donde el gigante de la leyenda de Silván tenía su guarida. Lo Silbán es toda esta cornisa desde la Cueva de la Tosca, (al Sur y más bajo) hasta el Paso Lo Silbán (resalte rocoso al Norte y más elevado).
En este terreno abrupto, salvaje y peligroso, las gentes de Tella tenían que buscar su sustento. Hasta los años 70 del siglo XX, estas “Faixas” eran utilizadas para los aprovechamientos de maderas, pastos para las cabras y la caza; además de como acceso a Las Devotas.
La Cueva de La Tosca es el gran abrigo rocoso junto al que la senda cambia de dirección. Este refugio natural era utilizado como lugar de trabajo y almacenaje de la madera, especialmente el boj. Así se acarreaba hasta el pueblo menos volumen y peso. Decenas de inscripciones en la roca, de los dos últimos siglos, atestiguan la frecuentación humana.
A pie de senda se encuentran otras cavidades más pequeñas aprovechadas por animales y hombres.